El senyor Ernest Benach té una oficina mòbil, i la necessita, no us penseu. Però com la broma està valorada en més de 9000 euros ha decidit, per no ferir les sensibilitats dels afectats per la crisi (no més de 3 o 4 persones arreu de Catalunya), treurà la televisió, el reposacaps davanter i la tauleta plegable incorporats al seu Audi A8.
Senyor Benach, aquest any a la Fira de Santa Llúcia, un caganer per vostè, però no amb l'estatut, sino amb un Audi auster (un cotxet petit, barat i molt comfortable, amb televisió per veure els debats del parlament)...
Borboleta
2 comentarios:
Ojo, que aunque lo vaya a quitar parece que los 9.000 € no se los van a devolver: "Benach dijo desconocer los detalles por los cuales los servicios de la Cámara pidieron los extras de su coche. También insinuó que su desmontaje acarreará el reembolso de los 9.276 euros, aunque fuentes parlamentarias eludieron asegurar si toda la operación tendrá coste cero."...así que ya los podría dejar puestos, porque pagar pa' na' sí que es tontería.
¡¡Ei ei ei!! ¡¡No faltemos a la verdad!! No era un reposacabezas sino un reposapiés!! ¡¿Y yo digo, qué coño es un reposapiés?! Supongo que es algo que está a medio camino entre el típico "puf" y el propio suelo del coche donde ya se supone descansan los piés pq vas sentado, ¿no?
Pues por una mierdecilla de tres dedos de alto ¿cuanto podrían cobrar?
Pongamos que por la tele 5000 euros, eso sí, una tele por la que puedes ver el Gran Hermano del mismísimo paraíso, por lo menos...El escritorio, no sé, pongamos 3000 eurazos si es que está fabricado con madera de los bosques de Saturno (nota: Saturno no tiene bosques pq es gaseoso, pero bueno, si los tuviera, su madera sería para el coche de Benach, no lo dudéis)...
¡¡Eso nos deja con más de 1000 euros para el famoso reposapiés que no debe ser más que un pequeño tablón mínimamente acolchado!!
Por la mitad de eso me pongo yo mismo en el suelo y hago yo de reposapiés...todo sea en favor y sacrificio de nuestro gran gobierno que tan sabiamente decide en momentos de carestía.
El Sapo Valiente
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