Me he levantado hoy con dos noticias que han alterado el estado casi letárgico en que mi tristeza continua me mantiene.
La primera es
esta y en resumen viene a ser la a

bsolución de un "señor" que para demostrar su hombría se dedicaba a subir la falda y bajarle las bragas a su señora en público y en ocasiones para dejar claro su evidente carácter dialogador y democrático en su relación sentimental ponía sus testículos encima de la mesa para decir que "aquí mandan sus cojones". Realmente triste la absolución de este homínido, sobretodo por el argumento judicial utilizado como es que la vulgaridad, la ordinariez o la insolencia no son ilícitos penales. Bajo mi humilde punto de vista este tipo de actuaciones no dejan de ser violencia (tanto física como psicológica), coacción, intimidación...y varios tipos penales más, además de ser una cosa totalmente repugnante. Seguro que fuera de su casa no enseña sus cojones tan alegremente, en fin...

Y la segunda es
esta que comenta la detención de varias mujeres sudanesas por vestir pantalones muy ceñidos "pertubando la paz" de una ciudad del sur del país africano. No hay mucho más que decir, aunque yo añadiría sólo una palabra, ¡tarados!

Si tuviera que decidir entre cual es más triste de las dos no sería capaz.
Así que hoy quiero decir ¡Viva el amor y el respeto!